¿Qué es la epilepsia?

Cada 26 de marzo se celebra el Día Mundial de la Epilepsia, una oportunidad para conocer más acerca de este trastorno del cerebro. 
Las personas que tienen epilepsia tienen una actividad eléctrica en el cerebro que no es normal, lo que provoca convulsiones. Existen diferentes tipos de convulsiones. En algunos casos, una convulsión puede causar sacudidas, movimientos incontrolados y pérdida del conocimiento. En otros, solo causan un período de confusión, episodios de mirada ausente o espasmos musculares. 
La epilepsia no es una enfermedad mental ni un signo de baja inteligencia. 
Tampoco es contagiosa. Las convulsiones normalmente no causan daño cerebral; de hecho, entre convulsiones, una persona con epilepsia no es diferente de cualquier otra persona.

Síntomas 
El síntoma principal de la epilepsia son las convulsiones, aunque una sola convulsión no se considera epilepsia ya que las personas que tienen epilepsia tienen episodios repetidos de convulsiones.
Hay diferentes tipos de ataques, y cada uno causa diferentes síntomas. Algunos tipos comunes de ataques incluyen los siguientes:

  • Convulsiones tonicoclónicas generalizadas (gran mal): este ataque afecta a todo el cerebro. Durante la convulsión, los músculos del cuerpo se vuelven rígidos (agarrotados), luego se agitan y se contraen (lo que se conoce como convulsiones). La persona generalmente pierde la conciencia (desmayos). También puede apretar la mandíbula, morderse la lengua o la mejilla, o perder el control de la vejiga.
  • Crisis de ausencia (o petit mal): este ataque afecta a todo el cerebro y, por lo general, dura solo unos segundos. Durante la convulsión, la persona puede tener un episodio de mirada ausente, no estar consciente de su entorno, dejar de hablar o de moverse repentinamente, o tener pequeños cambios en los movimientos musculares.
  • Crisis parciales (focales): este tipo afecta solo a una parte del cerebro. Los síntomas pueden variar, dependiendo de dónde comienza la convulsión en el cerebro. Por ejemplo, una crisis parcial puede causar cambios en las emociones o en los sentidos. Estos pueden incluir alucinaciones, entumecimiento, hormigueo u otros cambios en la visión, el gusto, el olfato, el tacto o el oído. Este tipo de convulsión también puede causar contracciones musculares (por ejemplo, hacer que la persona mueva la cabeza de una manera inusual, o sacuda un brazo o una pierna). Esta convulsión también puede causar episodios de mirada ausente, a veces con movimientos repetitivos inusuales como mover la boca o los labios, masticar o tragar, o movimientos de la mano.

Antes de que comience una convulsión, algunas personas experimentan mareos o cambios emocionales.
También pueden experimentar cambios en la visión (como alucinaciones), olor (oler un olor que no está allí) y tacto (como entumecimiento u hormigueo). Sentir estas cosas antes de una convulsión se denomina “aura”. Reconocer un “aura” es útil como advertencia de que está a punto de sufrir una convulsión.

Causas
Los médicos no siempre saben qué causa la epilepsia. Algunos factores que pueden aumentar el riesgo, son:

  • Genética. Las personas con un padre o hermano que tiene epilepsia corren un mayor riesgo de desarrollar epilepsia.
  • Traumatismo craneal. Las lesiones graves en la cabeza pueden causar epilepsia, a veces años después de la lesión.
  • Infección. Las infecciones como la meningitis, la encefalitis y el sida pueden aumentar el riesgo de epilepsia.
  • Afecciones médicas. Otras afecciones médicas como Alzheimer, derrame cerebral, tumores cerebrales o problemas con los vasos sanguíneos del cerebro.
  • Problemas durante el embarazo, el nacimiento o el desarrollo temprano. En algunos casos, las infecciones durante el embarazo, los problemas durante el nacimiento, los defectos cerebrales congénitos (problemas en el cerebro que están presentes en el nacimiento) o las lesiones en el cerebro de un bebé pueden causar epilepsia.

Diagnóstico

Para diagnosticar la epilepsia, su médico revisará su historial médico y realizará un examen neurológico. También puede recomendarle un análisis de sangre, un electroencefalograma (EEG), una tomografía computarizada (CT) o una resonancia magnética (MRI). Estas pruebas permiten controlar su actividad cerebral y examinar su cerebro en busca de problemas, como hemorragias o tumores.

Tratamiento
La epilepsia, por lo general, se trata con medicamentos anticonvulsivos o antiepilépticos. Se prescriben según el tipo de convulsiones que tenga, la frecuencia con la que ocurran, su edad y su estado general de salud. 
Después de comenzar a tomar el medicamento, su médico lo controlará de cerca para determinar si está funcionando, si se presentan efectos secundarios (fatiga, mareos, erupción cutánea o problemas con la memoria, la coordinación o el habla) y si su dosis es correcta.
Para ayudar a que su medicamento funcione bien:

  • Siga las instrucciones de su médico para tomarlo. 
  • No deje de tomar el medicamento sin consultar a su médico y pregúntele a su médico qué hacer si olvida una dosis. 
  • Nunca tome medicamentos adicionales, incluso si cree que está a punto de sufrir una convulsión. Consulte a su médico antes de comenzar a tomar nuevos medicamentos, incluidos suplementos o vitaminas (algunos medicamentos también pueden facilitar una convulsión).
  • Evite beber alcohol. El alcohol puede facilitar la convulsión y también puede afectar la forma en que el medicamento para la epilepsia funciona en su cuerpo. 

Si el medicamento no ayuda con sus convulsiones, su médico puede recomendarle una cirugía (cuando las convulsiones comienzan en un área bien definida de su cerebro que no interfiere con funciones importantes como el habla, el lenguaje o la audición) u otras terapias. 
Si se sabe qué la causa de su epilepsia es alguna otra afección, tratarla puede hacer que las convulsiones se detengan.

Qué hacer
Debe llamar a su médico si…

  • Tiene una convulsión que dura más de 5 minutos.
  • Se lesionó durante la convulsión.
  • La forma en que generalmente se siente durante y después de tener una convulsión cambia.
  • Le lleva más tiempo de lo normal recuperarse después de tener una convulsión.
  • Sus convulsiones se vuelven más fuertes u ocurren con más frecuencia.
  • Se produce una segunda convulsión inmediatamente después de la primera.
  • Está embarazada.
  • Tiene diabetes.
  • Tiene un dolor de cabeza repentino, entumecimiento o debilidad en un lado de su cuerpo, o problemas con su visión o habla justo antes de tener una convulsión. Estos podrían ser signos de un derrame cerebral.

Si usted tiene convulsiones, comparta esta información con su entorno. También téngala en cuenta si otra persona tiene una convulsión…

  • Mantenga la calma.
  • No mueva a la persona a otro lugar.
  • No intente evitar que la persona se mueva o agite.
  • No intente despertar a la persona gritándole o sacudiéndola.
  • Retire los elementos que podrían causar lesiones si la persona se cae o tropieza con ellos.
  • Suavemente gire a la persona de lado para que cualquier fluido en la boca pueda salir con seguridad.
  • Nunca intente forzar la boca de la persona para abrirla o poner nada en ella.
  • Coloque algo suave (como una almohada) debajo de su cabeza.
  • La mayoría de las convulsiones no ponen en riesgo la vida. No es necesario que llame a un médico o a una ambulancia a menos que no se sepa que la persona tiene epilepsia o a menos que la convulsión dure más de 5 minutos.
  • Cuando termine la convulsión, observe a la persona en busca de signos de confusión.
  • Permita que la persona descanse o duerma si lo desea.

Fuente: Academia Americana de Médicos de Familia (USA)

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