Verano: Claves para cuidar la alimentación en vacaciones

Estas claves lo ayudarán a aprovechar el verano y el tiempo de ocio para cuidar su salud y reforzar las defensas para el próximo otoño.

  1. No saltee el desayuno. Esta primera comida del día le proporciona la cuota de vitalidad y energía que necesita para comenzar. Prefiera frutas frescas, cereales y pan integrales, yogur y leche descremados. 
  2. Evite las comidas muy elaboradas. Utilice aderezos bajos en grasas con moderación, y prefiera las variantes “light”, que son más saludables.
  3. Planifique los panificados. Incluya tortas o facturas uno o dos días a la semana y evite consumirlas a diario. Son ricas en azúcares, grasas y sodio.
  4. Manténgase activo. Andar en bicicleta, salir a caminar, participar de clases en parques, nadar o jugar con los más chicos son opciones para todos. El ejercicio favorece la producción de endorfinas, hormona relacionada con la sensación de bienestar, además de tener múltiples beneficios para la salud física.
  5. Prepare viandas saludables. Incluya líquidos sin alcohol ni azúcares, ensaladas frescas, sándwiches con panes integrales o árabe y carnes magras en lugar de fiambres. De postre, frutas de estación.
  6. Tome abundante cantidad de líquidos. Es muy importante, especialmente en verano, para lograr saciedad y evitar la deshidratación. Entre 2 y 3 litros por día. Beba sin esperar la sensación de sed.
  7. No calme su sed con bebidas alcohólicas o gaseosas comunes. Además de sumar calorías no quitan la sed. Prefiera las bebidas sin alcohol y gaseosas y jugos light, o agua y soda para mantenerse hidratado.

 

Más claves para comer en forma saludable


Además de cuidar la hidratación del organismo, elija adecuadamente los alimentos y prefiera los más frescos y menos engordantes.

  • Hortalizas de todo tipo. Incluirlas en ensaladas, salpicones, croquetas, tartas rellenas y en milanesas.
  • Frutas de estación. Frescas, en ensaladas, con yogur, en licuados o jugos, compotas y helados.
  • Lácteos descremados:
    • Leche: puede ser con cacao amargo y edulcorante, en licuados de frutas, en postres light o arroz con leche.
    • Yogur: con frutas o cereal, con gelatina light.
    • Queso blanco: en ensaladas, tartas, mousse de frutas.
  • Carnes vacunas magras, pollo sin piel y pescados (especialmente atún o caballa al natural y bastones de surimi). Pueden consumirse frías, en salpicones, sándwiches, en hortalizas rellenas, milanesas y empanadas.
  • Huevo: duro o en tortillas, omelettes, salpicones y ensaladas.
  • Legumbres (arvejas, lentejas, porotos comunes y de soja, garbanzos, chauchas): en ensaladas y salpicones.
  • Cereales: arroz integral frío, combinados con verduras y/o legumbres en ensaladas y hortalizas rellenas. Copos de cereal para combinar con leche fría o yogur, en ensaladas de frutas, o bien en forma de barritas. Pastas integrales en ensaladas (por ejemplo: fideos tirabuzón de colores) con hortalizas y legumbres, y con hortalizas mixtas salteadas con rocío vegetal.
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