Tentaciones: cómo manejarlas con éxito

Si está siguiendo un plan nutricional, lea detenidamente estas claves. Son útiles para prevenir cualquier desviación de su objetivo de lograr un peso saludable:

  1. Pare, examine e identifique lo que está sucediendo. Una comilona o atracón consistente en un episodio de un día, es una señal de peligro. Lo importante es detenerse, examinar la situación, ver lo que está ocurriendo y qué recursos no usó. Considere alejarse de la mesa, servirse en un plato más chico, beber abundante líquido sin alcohol. Esto puede ayudar a que la tentación disminuya, le permitirá pensar de una manera racional y, por lo tanto, podrá elegir qué comer y beber.
  2. Actúe inmediatamente. Levántese de la mesa, procure distraerse conversando con alguien, guarde la comida en el freezer. No tiene que esperar, es necesario actuar con decisión. Recuerde que suele ser más fácil recuperar el control si se aleja de la situación.
  3. Dese un minuto. En el caso que la urgencia por comer no le dé tiempo a buscar otras gratificaciones (como conversar con alguien o alejarse de la mesa) intente, por lo menos, posponer el comienzo de la comida. A veces darse un par de minutos es suficiente para retomar el control de la situación y superarla sin comer en exceso.
  4. Mantenga la calma. Cuando crece la ansiedad y aparece la culpa la situación puede empeorar y la conclusión probable es que sienta que es imposible controlarse. Por ello es importante que aprenda a separarse de la situación y a verla objetivamente. Un atracón no es un fracaso. Mantener la calma hace más fácil continuar con las medidas adecuadas.
  5. Evite los pensamientos negativos. Si ante la tentación piensa “no puedo con esto”, “estoy fuera de control”, lo más probable es que no encuentre solución alguna. Ese tipo de pensamientos tienen el poder de servir de excusa para permitir el primer bocado, el primer trago de alcohol, el primer desliz después del cual todo control se ve dificultado. En su lugar permítase ser flexible y realista. Durante los encuentros sociales, las salidas o las vacaciones no será posible no comer nada fuera de su plan ni tomar una sola gota de alcohol. Planifique qué va a comer, elija lo que más le guste con sobriedad, disfrute de cada bocado mientras come, beba despacio y con el estómago lleno y siéntase satisfecha con haberse dado un permiso controlado.

Compras y planificación


La tentación no solo se presenta en reuniones y tiempo libre. También puede sorprenderlo en plena compra del supermercado (en especial si lo hace paseando entre las góndolas).
Esto se debe a que la distribución de los diferentes productos y alimentos dentro de un supermercado no es producto del azar ya que todo está minuciosamente estudiado. De hecho, los artículos de primera necesidad y los de limpieza suelen disponerse en la última góndola con un solo objetivo: para llegar a ellos es necesario pasar frente a infinidad de tentaciones (ropa, música, juguetes, golosinas, galletitas, bebidas, rotisería). 
Sin embargo, usted puede poner en marcha su propia táctica de mercado y lograr el control en el súper con estas sugerencias para hacer más económicas, eficaces y rápidas sus compras y, sobre todo, a preservar la alimentación saludable que merece.

  1. Hacer una lista. Saber qué necesita comprar ayuda a reducir el paseo.
  2. Programar compras semanales. Esto permite organizarse mejor y disponer de todo lo que requiere un menú completo y saludable.
  3. Comprar después de comer. Hacer las compras con hambre aumenta el riesgo de dejarse influir por la sensación de apetito.
  4. Caminar sin pasear. Ir directamente a las góndolas que tienen lo que busca es lo más efectivo. 
  5. Comprar pocos alimentos elaborados. Las comidas para calentar o congeladas en general tienen más grasas y sal que las hechas en casa.
  6. Leer las etiquetas de los productos y comparar. Fíjese en el peso, la composición, los ingredientes, el contenido graso y el tipo de grasa (especialmente la cantidad de grasas saturadas, trans y colesterol, perjudiciales para la salud del corazón) y el aporte de sodio.
  7. Evitar alimentos que lo tientan. Chocolates, galletitas, snacks… Deje de lado la clásica excusa de “es para mi hijo”, “lo compro para mi marido”, “le gusta a mis nietos”. Ellos podrán comerlos fuera de casa.
  8. Compre hortalizas y frutas frescas. Son colaciones ideales, especialmente cuando sienta hambre entre comidas. Si son de estación, resultan más sabrosas y económicas.
  9. Compre lácteos descremados y carnes magras en lugar de los enteros y los cortes con alto contenido graso. No olvide incluir pescado (preferentemente de mar) al menos 2 veces por semana, y pollo (sin piel).
  10. Elija cereales y derivados integrales, en vez de refinados. El arroz, el pan, las galletitas, las pastas… Son más ricos en fibra, vitaminas y minerales.
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