Cáncer de cuello uterino. La vacuna contra el HPV disminuye el riesgo

En Argentina mueren  cerca de 2.000 mujeres al año por cáncer de cuello de útero y se dan entre 4.000 y 6.000 casos nuevos cada año. Sin embargo, la vacuna contra el VPH puede cambiar este panorama.

El cáncer de cuello de útero es el segundo cáncer que afecta a las mujeres a escala mundial. Hoy existen muchos métodos para prevenirlo y por ese motivo es fundamental informarse y actuar en consecuencia.

¿Cómo es la vinculación entre el VPH y el cáncer de cuello de útero?
El Virus de Papiloma Humano (VPH) es una enfermedad de transmisión sexual tan frecuente que se calcula que cerca de un 70% de las mujeres la contraerá en algún momento de sus vidas siendo la adolescencia y durante los dos primeros años de la vida sexual los momentos más riesgosos.
Algunas personas desarrollan verrugas genitales por infección con VPH, pero otras no muestran síntomas.
El hecho de haber adquirido la infección no debe generar una preocupación específica.
En un 90% de los casos el cuerpo logra eliminar al virus dentro de los dos primeros años de haberse infectado. El 10% restante de las mujeres que se infectan sus defensas no logran eliminar el virus permaneciendo con la infección por muchos años. Esto genera cambios en las células que, si no se tratan, pueden volverse cancerosas.
Las lesiones en el tejido del cuello del útero se llaman premalignas o precancerosas y, sin tratamiento, derivan en cáncer de cuello de útero.
Cómo prevenir. Las lesiones premalignas se detectan en el Papanicolaou (PAP) y la Colposcopía, dos estudios ginecológicos de rutina que permiten tratarlas y evitar que las mujeres tengan cáncer de cuello de útero.

Tener una infección por el VPH no es causa suficiente para desarrollar un cáncer de cuello de útero. Otro factor que incide es la ausencia de visitas al ginecólogo durante mucho tiempo, situación por la que las lesiones que podrían haberse tratado a tiempo, progresan hasta convertirse en cáncer.

Además la vacuna contra el VPH evita que la mujer, al tener relaciones sexuales, adquiera la infección. La vacuna es preventiva y actúa generando anticuerpos. Sin embargo, si la infección ya está en el cuerpo, la vacuna no cambia lo que va a suceder con esas lesiones; es decir: no tiene efecto terapéutico o de tratamiento.
El tiempo de duración de esta protección se calcula en 20 años y posiblemente durante toda la vida. Sin embargo los estudios no han podido determinarlo todavía.
El Calendario Oficial provee la vacuna a las niñas de 12 años porque tiene el objetivo de inmunizarlas antes de que inicien su vida sexual.
La edad promedio me mayor incidencia es 45 años. Debido a esto, resulta fundamental la consulta al ginecólogo, el control con el Papanicolaou, la colposcopía y la vacuna.

Más información:
www.aaoc.org.ar (AAOC – Asociación Argentina de Oncología Clínica)
cancer.net (página de la American Society of Clinical Oncology)

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