Artritis: cuál es el mejor ejercicio

Las personas activas físicamente son más saludables y viven más tiempo que aquellas que no son activas y están fuera de estado.
A pesar de eso, la artritis es una de las razones más frecuentes por la que las personas limitan el ejercicio físico y las actividades recreativas. La inactividad, sumada a los problemas asociados a la artritis, pueden dar lugar a diferentes riesgos para la salud como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis.
Además, la inactividad puede empeorar ciertos aspectos propios de las distintas formas de artritis, como la tolerancia al dolor, la debilidad muscular, la rigidez articular y la falta del equilibrio.
En el caso de muchos adultos mayores con artritis, los cambios en las articulaciones y los músculos a causa del envejecimiento pueden empeorar el cuadro. Por lo tanto, es muy importante que las personas con artritis hagan los ejercicios físicos adecuados.

Quiénes deben hacer ejercicio físico
¡Todo el mundo! Las personas con muchas formas de artritis pueden realizar ejercicios sin riesgos, con regularidad y de la manera adecuada.
Incluso las personas con artritis inflamatorias, como la artritis reumatoide (AR), pueden beneficiarse con una actividad de soporte de peso corporal de intensidad moderada.
Otros beneficios de la actividad física son menor pérdida del tejido óseo y menor daño asociado a la AR en las articulaciones pequeñas, y el hecho de que no aumente el dolor ni la actividad de la enfermedad.
En el caso de las personas con osteoartritis (OA) en la rodilla u otro lugar del cuerpo, los programas que combinan ejercicios aeróbicos, de fortalecimiento y de estiramiento alivian los síntomas, mejoran la movilidad y la función articular, aumentan la coordinación y el equilibrio, y controlan el peso corporal.
Además, el ejercicio regular moderado mejora la salud de los cartílagos en personas con riesgo de desarrollar OA en las rodillas. Tener los músculos de los muslos (cuádriceps) débiles es un factor de riesgo de la OA en las rodillas y de sufrir una mayor discapacidad.

Cuáles son los mejores ejercicios
Cada uno de ellos puede tener un efecto positivo en lo que respecta a reducir el dolor y la discapacidad relacionados con la artritis.
Ejercicios de flexibilidad. Ayudan a mantener y mejorar la flexibilidad en las articulaciones afectadas y los músculos que la rodean. Esto contribuye a mejorar la postura y la función, y a disminuir el riesgo de lesiones.
Ejercicios de fortalecimiento. A medida que el músculo se fortalece, brinda un mayor soporte a la articulación y ayuda a disminuir la carga y la tensión que se ejerce sobre la articulación adolorida.
Ejercicios aeróbicos. Mejoran el funcionamiento del corazón, los pulmones y los músculos. En las personas con artritis, ayudan a controlar el peso y mejorar el estado de ánimo, el sueño y la salud en general.
Algunas formas seguras de realizar este tipo de ejercicios son las caminatas, el baile aeróbico, la gimnasia acuática, el ciclismo o los ejercicios con equipos como bicicletas fijas y caminadores de cinta o elípticos.
Las tareas cotidianas y las actividades de esparcimiento, como cortar el césped, rastrillar hojas, hacer jardinería o pasear al perro, también son aeróbicas si se realizan con una intensidad moderada.

Cuál es el mejor horario
Descubrir cuál es el mejor horario del día para hacer los ejercicios será de ayuda para establecer una rutina y obtener los mayores beneficios. 
En el caso de las personas que sufren de una gran rigidez por las mañanas, los ejercicios de rango de movimiento suaves pueden ser de ayuda, pero hacer una clase de gimnasia puede resultar demasiado difícil. 
Si el problema es el cansancio, puede resultar más fácil cumplir con el programa de ejercicios si se lo divide en varios bloques cortos a lo largo del día. 
Si se tienen dificultades para dormir por las noches no conviene hacer ejercicios aeróbicos en las dos horas previas a irse a dormir; en cambio, realizar ejercicios de estiramiento y relajación puede contribuir al descanso.
En importante prestar atención a cualquier cambio en los síntomas de la artritis, como los períodos de mayor dolor o rigidez articular. Es posible que necesite descansar más y hacer menos ejercicios durante esos momentos.

Cómo comenzar
Comenzar un programa regular de ejercicios puede ser todo un desafío. Será de mucha ayuda comprender los beneficios del ejercicio para las personas con artritis, al igual que contar con el apoyo y la orientación del médico reumatólogo. 
Junto con el médico, es posible elaborar un plan o acuerdo de ejercicios en el que se incluya el lugar, la frecuencia y la duración de la actividad. Los siguientes son algunos consejos útiles para mantener la motivación:

  • Establecer objetivos realistas a corto y largo plazo, y darse una recompensa cuando los alcance.
  • Ejercitarse con un amigo o un familiar.
  • Llevar un registro de ejercicios y marcar el progreso en un almanaque, cuaderno o agenda.
  • Identificar los problemas u obstáculos que puedan interponerse en el programa de ejercicios, y planificar anticipadamente cómo manejarlos.
  • Elegir actividades que, en lo posible, resulten convenientes, accesibles y divertidas.

 

Fuente: Colegio Americano de Reumatología

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