El aislamiento y la cuarentena no solo estresan a los padres. De hecho muchos expertos coinciden en que de los adultos depende lograr que los niños atraviesen esta transición de un modo que no resulte dañino para sus emociones.

Para orientar a los responsables de las familias, la Organización Mundial de la Salud compartió la siguiente información:

1. Los niños pueden responder al estrés de diversas formas, por ejemplo, mostrándose más dependientes, preocupados, enfadados o agitados, encerrándose en sí mismos o mojando la cama.
2. Muéstrese comprensivo ante las reacciones de su hijo, escuche sus preocupaciones. Los niños necesitan el amor y la atención de los adultos en los momentos difíciles. Dedíqueles más tiempo y contención.
3. Acuérdese de escuchar a sus hijos, hablarles con amabilidad y tranquilizarles.
4. Cuando sea posible, organice momentos de juego y relajación con su hijo.
5. En la medida de lo posible, trate de mantener a los niños cerca de sus padres y familia y evite separarlos de las personas que se encargan de su cuidado.
6. En caso de separación (por ejemplo, por hospitalización), asegúrese de mantener el contacto frecuente (a través del teléfono) y de ofrecer consuelo.
7. Mantenga las rutinas y los horarios habituales siempre que pueda o ayude a crear otros diferentes en el entorno nuevo, en particular actividades escolares y de aprendizaje, así como momentos para jugar de forma segura y relajarse.
8. Explique lo que ha pasado y cuál es la situación actual y dé a los niños información clara sobre cómo pueden reducir los riesgos de contraer la enfermedad; utilice palabras que puedan entender, que sean acordes a su edad.
9. Facilite también información sobre situaciones hipotéticas (por ejemplo, un miembro de la familia y/o el niño empiezan a encontrarse mal y tienen que ir al hospital durante un tiempo para que los médicos puedan ayudarles a recuperarse). Internalizar la posibilidad ayudará a tomarlo sin dramatismo y a estar preparado eventualmente.

Más información: Recomendaciones de la OMS